miércoles, 6 de abril de 2011

Un segundo.

Tan cerca que podía notar su respiración.Tan cerca que al hablar parecía que nos besabámos porque se rozaban nuestros labios.Tan cerca que era solo mío. Solo mío. Tan cerca que cada palabra que susurraba era un mundo para mi. Pero, poco a poco, decidí acortar distancias. Ese centímetro que nos separaba se fue consumiendo y por fin rozé sus labios.Probé la calidez de sus labios y comprobé porque quien los probaba no quería otros en toda su vida. Eran como besar una nube,eran mi máxima ambición. Durante ese beso, nuestros dientes se chocaron y sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo. Ni el mejor de los escritores tendría palabras para describir esa sensación. Y quizás por eso tantos escritores hablan del amor, porque lo intentan pero nunca ninguno puede. Ahí reside su encanto y su mágia.En ese momento te das cuenta de todo, en esa milésima de segundo que dura el escalofrío te replanteas todo.¿ Sabes de qué te das cuenta ? Que da igual lo malo que te halla pasado, ese beso lo compensó todo. Pase lo que pase sabes que jamás lo olvidarás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario